Cáncer
Murió ''Pepe'' José Mujica: el expresidente de Uruguay falleció en su chacra a los 89 años

Figura central de la política latinoamericana, Mujica dejó una huella imborrable como guerrillero, prisionero político y mandatario austero. Su vida estuvo marcada por la lucha, la reflexión y un legado que trasciende fronteras.
José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay y referente de la izquierda latinoamericana, murió este lunes a los 89 años en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. El actual presidente Yamandú Orsi confirmó la noticia con un emotivo mensaje: “Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho, viejo querido”.
Mujica enfrentaba desde abril de 2024 un cáncer de esófago que con el tiempo hizo metástasis. En enero de 2025, él mismo anunció que la enfermedad había avanzado de forma irreversible. Pidió entonces que no se le solicitara más entrevistas y que le permitieran atravesar en paz su etapa final, rodeado de su chacra, su tractor y sus plantas. Aun así, continuó recibiendo figuras del ámbito político, cultural y social.
El domingo previo a su muerte, día de las elecciones departamentales en Uruguay, ya no pudo concurrir a votar. Su esposa, la también exsenadora Lucía Topolansky, expresó que Mujica “estaba en una meseta, a término” y aseguró: “Voy a estar con él hasta el final, como se lo prometí”.
Su último deseo fue ser enterrado en su chacra, junto a su querida perra Manuela, símbolo también de su forma de vivir: sencilla, austera y lejos del poder ostentoso.
De guerrillero tupamaro a símbolo democrático
Nacido en una familia humilde de Montevideo, Mujica fue parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, grupo guerrillero que combatió al sistema político uruguayo en los años 60 y 70. Pasó 15 años en prisión, la mayoría durante la dictadura militar (1973–1985), en condiciones inhumanas, que le provocaron alucinaciones y problemas de salud mental.
A partir del retorno democrático, transformó su vida. Dejó la lucha armada y se convirtió en legislador, ministro de Ganadería y, en 2010, presidente de Uruguay. Su estilo de vida, alejado de lujos, lo llevó a ser apodado “el presidente más pobre del mundo”. Vivía en su chacra, conducía un viejo Volkswagen y donaba gran parte de su salario.
Durante su presidencia (2010–2015), promovió leyes pioneras en América Latina, como la legalización de la marihuana, el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto. Apostó por una transformación energética que posicionó a Uruguay como líder regional en energías renovables, aunque también dejó pendientes y polémicas, como el fracaso de la terminal regasificadora.
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Un legado que trasciende lo político
Más allá de sus logros o errores de gestión, Mujica fue una figura que inspiró dentro y fuera de Uruguay por su discurso ético, su rechazo al odio y su llamado constante a la reflexión. Hasta sus últimos días, mantuvo un fuerte peso simbólico en la política del país. Sentado junto a su esposa, celebró desde casa la victoria de su heredero político, Yamandú Orsi, en noviembre de 2024, cerrando su historia con una continuidad en el Frente Amplio.
Con su muerte, se cierra una etapa clave en la historia reciente de Uruguay. Pero su legado —el de un hombre que conoció el poder, la cárcel, la gloria y la soledad— seguirá resonando por generaciones.